Alimentación natural





Para algunos buscadores de la verdad, la costumbre alimenticia va más allá del simple hábito de ingerir comida o de nutrir al cuerpo. Ellos afirman que aquello que introducimos en nuestro organismo en la forma de comida, produce una gran influencia en el estado mental de la persona y por último en el desarrollo de la conciencia; afirman y demuestran de un modo práctico, que algunos alimentos tienen la capacidad de generar un impacto positivo, proveyendo así una mayor apertura de la conciencia, mientras que otros alimentos, sin bien pueden nutrir al cuerpo, generan un efecto negativo impidiendo de este modo, un mayor desarrollo o evolución de la conciencia.


Encontramos en las respuestas de grandes personalidades espirituales de la historia, así como también en muchos textos sagrados, la presencia de la práctica del vegetarianismo, la cual es mencionada con gran énfasis, y al mismo tiempo es considerada como un principio esencial para favorecer la comprensión espiritual.


El gran aporte de la disciplina vegetariana, más allá de proveer una mejor nutrición y calidad de vida, consiste en otorgar una mayor sensibilidad y capacidad para comprender la presencia del Atma o alma espiritual, no solamente en el ser humano, sino también en todas las entidades vivientes de todas las especies, otorgando así un mayor nivel de compasión y de convivencia con el ecosistema.


El principio espiritual “Ahinsa” consiste en evitar, en la mayor medida posible, el sufrimiento hacia otras entidades vivientes, comprendiendo que la percepción de la felicidad y el dolor que poseen los animales es similar a la capacidad de percepción de esto mismo, que se encuentra en el ser humano. Teniendo en cuenta este factor y realizando un análisis desde la lógica, podemos ver claramente que todo el sufrimiento que ocasionemos, ya sea conciente o inconcientemente, regresará automáticamente a nuestra vida como parte de nuestro destino, y al evitar el sufrimiento en otras entidades vivientes racionales como lo son los animales, evitaremos también las consecuencias de vivencias negativas en nuestra propia vida.


Existen muchos mitos acerca de las proteínas, donde se dice abiertamente, que en la naturaleza o en la alimentación natural, no hay suficientes proteínas para reemplazar la ingesta de carne, y que por lo tanto si una persona se abstiene de una dieta carnea, se volverá débil, mal nutrida, o enferma.


Pero esto es tan solo un paradigma creado bajo la estructura de ciertos intereses capitalistas que buscan el desarrollo económico por encima del bienestar social o individual, opacando de diferentes maneras las virtudes de la alimentación vegetariana. En la actualidad, numerosos estudios científicos demuestran lo saludable de una alimentación vegetariana en controversia con los factores dañinos y las muchas enfermedades que provienen de una alimentación carnea.


Los monocultivos, la utilización de los agroquímicos y pesticidas, las semillas híbridas, así como también la manipulación genética, representan una gran amenaza, tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Debido a esto y a fin de procurar una dieta más armónica, se recomienda, en la medida de lo posible, consumir, ya sea frutas, vegetales, legumbres, cereales o semillas, de origen orgánico, lo cual representa grandes beneficios no sólo para la salud sino también de tipo ecológicos.

Podemos ver en la actualidad una creciente tendencia hacia la práctica del vegetarianismo, dentro de lo cual encontramos la opción, “lacto vegetariana”, “vegana” y lo que se conoce como “comida viva” o “raw food” entre lo más predominante.


La comida cruda o “comida viva” es una opción dietética que ofrece una propuesta diferente. La misma se distingue del crudivorismo, el cual podría incluir productos animales crudos. En la alimentación viva los alimentos se utilizan en su punto nutricional óptimo, pues al cocinarlos, éstos pierden sus enzimas, las cuales son necesarias para la digestión; en cambio la “comida cruda”, al mantener todas estas enzimas se vuelve mucho más fácil de digerir. Aunque también es cierto que se puede cocinar de manera de perder nutrientes al mínimo, como se hace en la cocina macrobiótica, aumentando así el rango de comidas disponibles y eliminando algunas toxinas.

El factor principal que propone la “comida viva” es evitar que el calor, superior a los 45°, destruya las enzimas, vitaminas y fitonutrientes que se encuentran en los alimentos crudos, vivos y sin cocción. En resumen y debido a todo esto, la “comida cruda” presenta una opción más sana y natural, y se proyecta a disminuir ciertas enfermedades, o cumplir un rol eficiente a modo preventivo, ofreciendo así una mayor calidad de vida, y aportando más energía y/o contribuyendo para que la energía se renueve de un modo más fácil y más rápidamente.

La alimentación natural, busca además de una relación con los elementos orgánicos de la naturaleza, el conocimiento de la trofología de los alimentos, una nutrición adecuada y un mayor equilibrio emocional, un incremento de la energía de la bondad en la vida diaria.


De acuerdo a los antiguos conocimientos de oriente, los alimentos pueden estar influenciados por las diferentes energías predominantes en la existencia material, llamadas, bondad, pasión e ignorancia. En otras palabras podríamos decir que los alimentos, incluso de origen vegetal, tienen la capacidad de infundir en el ser humano, después de que este los ha ingerido, energía de la bondad, pasión e ignorancia.


Los alimentos influenciados por la energía de la bondad se caracterizan por ser jugosos, nutritivos, agradables y deliciosos. Dichos alimentos aumentan la vitalidad, la fuerza interior, la salud, la felicidad y producen un estado de satisfacción.

Pero los alimentos influenciados por la energía de la pasión, suelen ser muy amargos, muy ácidos, excesivamente salados, o demasiado picantes. Tales alimentos pueden ocasionar dolor, tristeza, o atraer a diferentes enfermedades.

Mientras que los alimentos influenciados por la energía de la ignorancia, generalmente están conformados por comidas rancias, insípidas, descompuestas o impuras. Estos alimentos tienden a causar tensión en el sistema nervioso, y un aumento notable de la agresividad y necedad en la persona.


Así, podemos ver que dentro de lo que consideramos “una alimentación natural” hay un gran abanico de posibilidades y una escalera evolutiva hacia la bondad propiciada por los mismos alimentos que ingerimos.


Una alimentación natural del orden más recomendable, no solamente está constituida por alimentos de origen vegetal, por ser orgánicos y provenir de una agricultura ecológica, sino también por propiciar y aumentar la bondad en nosotros después de ingerir dichos alimentos.


Dentro de la escuela de Bhakti Yoga (antigua disciplina yóguica-mística proveniente de la India) se presenta la ciencia de ofrecer los alimentos, idealmente aquellos predominados por la energía de la bondad, ya sean estos lacto vegetarianos, veganos, o comida viva, en gratitud a Dios. Los mismos, luego de su esmerada e higiénica elaboración, se ofrendan a través de oraciones, mantras, o de una simple actitud de agradecimiento.

Dichos alimentos se vuelven santificados, portando así mayor virtud y generando un efecto sutil adicional que puede actuar como un elemento purificador en el corazón.

Vemos entonces, que dentro de la posibilidad de una “alimentación natural”, existe una gran variedad, conocimientos, informaciones y experiencias, y a la vez un camino que nos lleva a conectarnos con una naturaleza superior, siendo ésta lo natural en nosotros.




Swami Bv. Giri
Vrindavan – India – Febrero 2012